La ganadería madrileña lidió un encierro el pasado viernes el cual propició la salida a hombros de Emilio de Justo y la buena dimensión de Borja Jiménez
Dos costillas fracturas y tres fisuradas son las señales que quedan a día de hoy en el cuerpo de Emilio de Justo, tras la espeluznante voltereta sufrida en el primero toro de la tarde del pasado viernes. En su cabeza, en las fotos y en los titulares, su quinta puerta grande en Las Ventas. Antagonismos que no casarían en una misma tarde si la racionalidad inundara la mente del torero en ciertos momentos. Uno de Victoriano le destrozó al comienzo de la tarde y otro le devolvió la sonrisa cuando la tarde llegaba a su fin.
Victoriano del Río volvía a Madrid tras su paso por San Isidro, donde varios de sus toros fueron ovacionados en el arrastre, destacando «Frenoso», lidiado en la tarde del 16 de mayo por Fernando Adrián. Dicha vuelta se tradujo en una tarde de nota alta en la que destacó el sexto de la tarde.
«Diamante», herrado con el número 6 le tocó en suerte a Emilio de Justo. Debió salir en cuarto lugar pero se corrió turno mientras el extremeño era examinado en la enfermería venteña. Un toro de bandera al que cuajo y al que, tras una estocada algo desprendida, le cortó las dos orejas. De buena nota también «Bocinero» Nº152, lidiado en tercer lugar por Borja Jiménez.
Con esta corrida la ganadería Victoriano del Río pone fin a su temporada 2025, en la que vuelve a situarse en la parte alta del escalafón ganadero tanto en número de animales lidiados como en resultados obtenidos.






